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La economía global se dirige hacia una recesión el próximo año. Incluso si Estados Unidos capea la tormenta en gran medida, millones de trabajadores perderían sus empleos y, para aún más trabajadores, desaparecerían las oportunidades de un mercado laboral sólido. Una recesión leve sigue siendo una recesión, y con ella vienen las dificultades.
En una recesión, la gente necesita ayuda económica. Es importante reducir las dificultades inmediatas y los daños duraderos. Incluso con una alta inflación, es necesario hacer llegar dinero a muchas familias en una recesión. La investigación y la experiencia nos dicen cómo hacerlo sin socavar los esfuerzos actuales para reducir la inflación.
Y en este momento, seamos realistas. Alistemonos.
Necesitamos pensar mucho sobre este equilibrio entre alivio y estímulo… La inflación no es la única dificultad que enfrentamos. Y si estamos en una recesión, definitivamente no es la única dificultad. ¡Ayudar a las personas!
Esta es la conclusión de un minuto de mi charla.
Aquí está el video completo; directamente debajo están mis puntos principales, y al final están mis diapositivas.
El apoyo a los ingresos de los hogares, los trabajadores y las empresas en las tres recesiones anteriores en los Estados Unidos proporciona lecciones aplicables a otras crisis económicas. Los detalles de la crisis, tanto el shock económico como los sistemas administrativos, deben informar el diseño y la entrega.
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Grandes pagos únicos: La respuesta de gasto de los hogares en 2001, 2008 y 2020-21 fue sustancial y rápida. Este enfoque es más estimulante y más inflacionario.
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Pagos más pequeños y repetidos: La respuesta de gasto de los hogares fue menor de los pagos en 2009-10 y 2011-12, cada uno comparable en dólares agregados como en 2008 pero repartidos en dos años. Este enfoque es menos estimulante y, por lo tanto, menos inflacionario.
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Apoyo a la renta en general: El uso varía según los hogares. Además de gastar, algunas familias pagaron deudas y/o aumentaron sus ahorros. Un colchón financiero más grande, especialmente entre aquellos con menos recursos, brinda alivio frente a futuros shocks inesperados.
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Negocios: Las interrupciones de la cadena de suministro y la actual escasez de mano de obra en la recuperación de la crisis de Covid demuestran que cerrar la producción es más fácil que restaurarla. La incapacidad de la oferta para mantenerse al día con el rendimiento de la demanda es inflacionaria.
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Trabajadores: Los desempleados a largo plazo y los recién llegados al mercado laboral durante la Gran Recesión experimentaron ingresos más bajos durante varios años, de forma similar a los despidos masivos fuera de las recesiones.
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Duración: Acordar los indicadores económicos como la Regla Sahm que señalan el comienzo de la recesión iniciaría los programas rápidamente, luego otros indicadores señalarían la recuperación de la crisis y la eliminación gradual de los programas.
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Certeza: Comprometerse con la duración del programa en función de las condiciones económicas aseguraría a los hogares y las empresas que el apoyo continuará mientras continúe la crisis.
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Administración: Para brindar apoyo confiable a todos aquellos que son elegibles, es necesario construir y mejorar los sistemas administrativos.
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